
CONTROL DE ROEDORES
3 septiembre, 2019Introducción
De todas las especies de roedores, las ratas y ratones son las que plantean el mayor riesgo a los humanos debido a su habilidad de vivir en relación próxima con los humanos y sus viviendas.
Las ratas y roedores son capaces de reproducirse con rapidez y son omnívoros, pudiendo sobrevivir con las más pequeñas cantidades de agua y alimentos. El ratón común, Mus musculus puede además vivir sin agua cuando el contenido de sus alimentos es del 15 al 16%, lo que le permite sobrevivir en ambientes aparentemente inhóspitos tales como almacenes de alimentos secos. Los roedores se hacen problemáticos durante épocas más frías en las que entran en almacenes y edificios en busca de alimento y cobijo. El alcantarillado también es un hábitat ideal para los roedores, y las deficiencias en las estructuras de las alcantarillas son rutas que frecuentemente emplean estos animales para penetrar en los edificios.
Las enfermedades de las que son portadores los roedores comensales se pueden propagar de varias maneras, o por contacto directo entre el hombre y el animal a través de la orina o de mordeduras, o por contacto indirecto a través del contacto entre los excrementos y el agua o el alimento que son consumidos a continuación por los humanos. Adicionalmente, los parásitos que viven sobre o dentro de los animales hospederos también pueden ser vectores de enfermedades.
Generalidades Conceptuales
En primer lugar, resulta conveniente definir el término control como la disminución de las poblaciones de roedores a niveles tolerables para el desarrollo de actividades antrópicas dentro del área infestada. Obsérvese que no se contempla la eliminación o exterminio de la población atacada (circunstancia biológicamente casi imposible), sino que se establece como objetivo final su reducción.
La interferencia que provocan los roedores puede ser dividida en: riesgo médico-sanitario y daño económico. El primero de ellos está relacionado a la transmisión de enfermedades y, como símbolo de su importancia, baste mencionar al hantavirus, leptospirosis, salmonelosis, peste bubónica, toxoplasmosis y triquinosis. En cuanto a los daños económicos pueden resumirse en: Consumo de alimentos, contaminación de los mismos, daños a instalaciones y transmisión de enfermedades a animales de cría con la consiguiente merma en la producción.
Elevada tasa de natalidad, gran adaptación alimentaria y amplio espectro de nichos ecológicos ocupados parecen ser los componentes fundamentales de una ecuación que tiene como resultado final la presencia de ratas en la mayor parte de los ecosistemas antrópicos.
Ante el fracaso ancestral del hombre por eliminarlas, el control de roedores ha abierto un nuevo capítulo, en el que han sido dejados de lado la universalidad y el marco teórico que caracterizaron las técnicas empleadas hasta mediados de la década de los setenta, para dar paso a programas de lucha integrales, desarrollados desde la óptica de la ecología aplicada. En ellos, la interpretación y el análisis de todos los componentes de la situación-problema, se constituyen, al mismo tiempo, en esencia y objetivo de su concepción. Su implementación, por tanto, está sustentada en un acabado conocimiento de los mencionados elementos, en particular de aquellos inherentes a la propia biología de la plaga.
Bajo este axioma, el presente capítulo expone, en su primera parte, un acercamiento a la sistemática, morfología, fisiología y etología de las ratas, para abordar, en segundo término, los diferentes métodos y alternativas de control.
Generalidades biológicas
Su abundancia y variedad y una sorprendente capacidad adaptativa, hacen que, en la actualidad, los roedores se constituyan en el más amplio y heterogéneo grupo de mamíferos vivientes, habiendo ocupado la casi totalidad del planeta. La situación descripta encuentra a sus máximos exponentes en dos especies: Rattus rattus y Rattus norvegicus se han convertido en las más eficaces explotadoras de la expansión territorial humana, siendo calificadas como “verdaderos parásitos funcionales”.
Consideraremos conveniente adoptar el concepto “rata sinantrópica” para mencionar con propiedad a Rattus rattus y Rattus norvegicus. Teniendo en cuenta que el vocablo “sinantrópico”, proveniente del griego, significa “con el hombre”, el término propuesto hace referencia a aquellas ratas adaptadas a una relación directa con el género humano; característica a la que únicamente responden, como se dijo, las dos especies objeto de estudio.
¿Cómo proteger de los roedores a las empresas alimentarias?
Los aspectos edilicios son centrales para reducir los problemas de roedores. Cuanto más hermético a los roedores sea nuestra empresa menos problemas habrá en ella. En este aspecto alcantarillas, desagües y conductos no cerrados adecuadamente, constituyen una fuente de acceso a los roedores. Vegetación periférica alta, árboles que hacen contacto con techos y/o ventanas, ventanas y puertas abiertas o con importante luz entre ellas y el suelo, constituyen los más elementales puntos a tener en cuenta. Una buena inspección por un especialista puede ahorrar muchas dificultades futuras reduciendo el riesgo de irrupción de roedores en las instalaciones. Un adecuado estibaje y ordenamiento interno ayuda a controlar problemas una vez que la intrusión se produjo.
El conocimiento del movimiento de mercaderías debería facilitar un alerta cuando materiales no controlados entran a la planta.
Otra línea de defensa es la instalación de trampas y o cebaderos en número, ubicación y con cebos adecuados para las especies de roedores que se espera invadan la planta. Dado que la mayoría de las veces la invasión ocurrirá desde los hábitats o cercanos, la primer defensa se basa en contar con una clara visión de la ubicación espacial de nuestra planta, y conociendo las características de las poblaciones de roedores determinar los riesgos de intrusión esperados en función de las variaciones a corto y mediano plazo según surge de la historia meteorológica cercana y de los pronósticos a largo y mediano plazo.
En síntesis, la primer defensa a instrumentar consiste en que a partir del diagnóstico de la situación actual de nuestra planta se realice un planeamiento a corto o mediano plazo para el control de los roedores, y por supuesto de otras plagas actuales y potenciales.
Definición de Control Integrado
Ante esta realidad, el control de roedores muestra en la actualidad, como tendencia claramente definida, la desaparición del uso abusivo e indiscriminado de raticidas y el aumento de la aceptación del concepto de control integrado, definido como un sistema de manejo que, evaluando la dinámica poblacional de los organismos-plaga y su relación con el ambiente asociado, utiliza todas las técnicas disponibles para mantenerlos en niveles inferiores a aquellos que perjudiquen la salud, el bienestar y la economía del ser humano.